miércoles, 27 de diciembre de 2006

Manifiesto sobre los contenidos del proyecto de estatuto docente

El profesorado en su laberinto: el estatuto docente.
La globalización económica, que trae vientos privatizadores para el conjunto de los sistemas educativos del mundo, ha encontrado reflejo en la Ley Orgánica de Educación (LOE) recientemente aprobada por el parlamento español. Esta ley supone un ataque a la Escuela Pública, porque es una norma que, respondiendo a las políticas privatizadoras que tratan de implantarse en todo el mundo, refleja que la educación, un derecho fundamental de las personas y no un servicio sujeto a las reglas del mercado, es un servicio público que “puede ser prestado por los poderes públicos y por la iniciativa social, como garantía de los derechos fundamentales de los ciudadanos"; cuando la verdad es que la “iniciativa social” es en realidad la empresa privada, concebida para el lucro o el adoctrinamiento, o para ambas cosas a la vez.
La potenciación de una Escuela Pública de calidad y la necesaria mejora de las condiciones de trabajo del profesorado, han sido siempre objetivos a conseguir para los sectores más avanzados y progresistas del conjunto de la comunidad educativa, pues para que la enseñanza mejore es necesario que el profesorado vea reconocida su tarea y valorado su trabajo. Y, de la misma manera que la LOE no fortalece la Escuela Pública, tampoco se ha aprovechado esta Ley para mejorar las condiciones de trabajo del Profesorado.
Las propuestas que desde STES-i se presentaron en el Parlamentos para avanzar en dicho reconocimiento y mejora fueron rechazadas en su mayoría, escudándose los grupos parlamentarios que votaron favorablemente la Ley y el propio gobierno en el apoyo que afirmaban disponer de las organizaciones sindicales que firmaron con el MEC un acuerdo laboral durante la tramitación parlamentaria, en octubre del año pasado.
Ahora, y con la excusa de regular el desarrollo profesional del profesorado, el gobierno introduce al profesorado en un laberinto inquietante, regresivo y jerarquizador: el Estatuto del Profesorado. Estatuto que, según sus promotores, quiere ordenar la profesión y reflejar los derechos y deberes del Profesorado, pero lo que en realidad hace es introducir en la enseñanza pública métodos de gestión de personal empresariales, muy alejados de lo que es y debe seguir siendo el trabajo docente. En este Estatuto los planteamientos neoliberales de algunos sectores del gobierno y del MEC tienen un claro reflejo.
Las novedades del Estatuto se basan en la implantación de una “carrera docente” que se sustenta en la promoción de la competitividad entre el profesorado: correr y competir para llegar primero, para obtener tal o cual mérito, para poder cobrar tal o cual retribución; y en la facultad de la dirección de los centros o/y de la inspección educativa para informar favorablemente o no de la evaluación a la que deberá someterse todo el profesorado; si la evaluación es “voluntaria” la carrera se realiza más rápidamente. La “carrera docente” se concreta en un nuevo planteamiento de las actuales retribuciones complementarias, con nuevos componentes del complemento específico, apareciendo los “grados”, que se conseguirán previa evaluación positiva del Profesorado. Entre esos nuevos componentes destacan el de “especial dedicación al centro”, que es de carácter anual y no se consolida, y la introducción de la retribución de la función tutorial, que divide al profesorado e ignora que esta labor es inherente a la tarea de enseñar.
Los méritos para avanzar en la “carrera docente”, para conseguir el grado dependen de criterios tan oscuros o arbitrarios como la evaluación voluntaria de la práctica docente, la asunción de tareas y responsabilidades complementarias, la implicación con la mejora de los resultados del alumnado, a los que hay que sumar “una dedicación horaria especial de carácter estable al centro o servicios educativos”, esto es, se pagará la prolongación de la jornada laboral.
La propuesta de Estatuto del Ministerio contiene otros aspectos que son negativos para el desarrollo profesional del profesorado: la redistribución de efectivos en el centro; la movilidad forzosa; la recolocación o impartición obligatoria de materias diferentes a la de acceso; la falta de garantías para que los concursos de traslados sean anuales; la libre designación para los puestos de trabajo, en igualdad con el concurso; la falta de propuestas en salud laboral, sin ni siquiera mencionar las enfermedades profesionales…
El proyecto de Estatuto deja al Profesorado Interino en una precariedad laboral y económica permanente, con contratos anuales, sin cobrar por la antigüedad en el trabajo y, para aumentar su discriminación, sin poder acceder a los grados.
El laberinto en el que el MEC ha introducido al Profesorado contiene otros dos elementos que van claramente contra su dignidad como trabajadores. No se reconoce el derecho de las personas que ostentan la representación sindical a intervenir en todo lo concerniente a la defensa de los derechos del profesorado: horarios, ceses, plantillas, baremos… y la posibilidad de que el profesorado pueda ser “degradado” con la pérdida de los grados adquiridos, como sanción ante faltas que no se concretan, y esto después de poner a todo el profesorado bajo sospecha con la evaluación voluntaria.
El Estatuto debe dignificar la tarea de enseñar
El conjunto del profesorado, que no tiene entre sus prioridades la existencia de un Estatuto, considera, sin embargo, necesario que la administración y el conjunto de la sociedad reconozcan y valoren la importancia de su trabajo, por lo que el posible Estatuto debe servir para dignificar la tarea de enseñar, para mejorar las condiciones de trabajo del Profesorado; para empeorar, no queremos Estatuto.
En la negociación de este proyecto STES exige al Ministerio que revise a fondo las nuevas bases en que pretende fundamentar las relaciones laborales del Profesorado y sus retribuciones. El gobierno ha de asumir que la enseñanza supone necesariamente trabajar en equipo y que debe desterrarse cualquier atisbo de competitividad entre el Profesorado, promoviendo el trabajo colectivo y en equipo, la autonomía y la democratización de los centros, el aumento de las plantillas, la disminución de las ratios, la constatación de la labor tutorial de todo el profesorado, una mayor capacidad de decisión de los órganos colegiados,…
Así mismo y como un elemento de primordial importancia es necesario que se regule una misma titulación para ejercer en toda la enseñanza como la vía para alcanzar el Cuerpo Único del Profesorado y permitir su movilidad por todo el sistema educativo.La concreción del Estatuto debe contemplar también la mejora de las retribuciones para el Profesorado de todo el Estado, por lo que reivindicamos el aumento en doscientos cincuenta euros mensuales del complemento específico, como medida de apoyo ante la reforma educativa y por la complejidad actual de la tarea de enseñar. También reivindicamos el derecho al año sabático, la reducción horaria sin disminución salarial desde los 55 años, la jubilación voluntaria a los 60 años y la permanencia en el sistema educativo del Profesorado Interino hasta conseguir su acceso definitivo al mismo.
El proceso de tramitación del Estatuto aún durará unos meses y durante este tiempo los STES seguirán informando sobre sus contenidos y las alternativas que defiende, en las que se recogen las reivindicaciones y valoraciones del profesorado.
Manifestamos que queremos trabajar conjuntamente con el resto de sindicatos para que el Estatuto no empeore nuestras condiciones de trabajo. Pero para conseguirlo necesitamos conocer los puntos de vista que las distintas organizaciones mantienen sobre sus aspectos más conflictivos y peligrosos y deben hacerlo ahora, en el periodo electoral, ya que, aunque el futuro está sin escribir, el pasado inmediato nos dice que hay organizaciones dispuestas a firmar con el gobierno cualquier medida con tal de justificar su existencia.
Los STES planteamos al profesorado y a todos los sindicatos que es necesario realizar todo tipo de presiones para impedir que “nos degraden” y para que el Estatuto sirva de verdad para dignificar la enseñanza y mejorar las condiciones laborales de sus trabajadoras y trabajadores.
Con la movilización del profesorado, como ya hicimos ante ofensivas de gobiernos anteriores, los STES nos comprometemos a emplear todas nuestras fuerzas para detener esta intolerable agresión al Profesorado, para salir del laberinto: si el Estatuto no sirve para mejorar, no queremos Estatuto. QUE NO TE DEGRADEN. MOVILIZATE.

Fuente: SECRETARIADO DE LA CONFEDERACIÓN DE STES-INTERSINDICAL.
Adhesiones: www.stes.es


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